Daily Excerpt: Entienda el desafío del -NO- en los niños con autismo (McNeil)
from Entienda el desafío del -NO- en los niños con autismo by Colette McNeil
No corran
Levanta la mano si alguna vez has estado tratando de contestar un examen de opción múltiple y te detienes repentinamente o, al menos, bajas la velocidad y observas la pregunta más cuidadosamente si está escrita en negativo: “¿Cuál respuesta NO es la correcta?” o peor aún, una doble negación: “¿Qué respuesta no contradice la siguiente oración?” ¿Cómo? Espera, más lento, estoy tratando de encontrar la respuesta incorrecta y la respuesta que concuerda con la oración. ¿Por qué el maestro hizo esta pregunta tan complicada? Mi mano se levanta igual que la tuya y admito haber obtenido varias respuestas malas en mis exámenes a través de toda mi educación. Concentrada, contestando conforme avanzaba en el examen, buscaba las respuestas correctas, no las incorrectas y no leí la pregunta cuidadosamente. Como académicos es nuestra responsabilidad leer cuidadosamente y descifrar cuáles son los negativos para poder responder correctamente. El maestro podría ayudar a los estudiantes escribiendo las preguntas más claras pero no asume la responsabilidad para hacerlo. Los estudiantes deben emplear habilidades más complejas para responder correctamente si no quieren sufrir las consecuencias de una calificación menor.
“No corran”
Alineados en el pasillo en una escuela primaria, los niños con autismo de la clase de la maestra Leaky esperan el anuncio para el recreo. Agradeciendo su cooperación, el maestro Compos dice —Ok, salgamos a jugar—. Los estudiantes llenos de energía comienzan a trotar por el pasillo. El maestro Compos les comanda —No corran—. Con expresiones alegres, su impulso es expresado en pequeños saltos con zancadas. El maestro Compos repite —No corran— pero ellos estallan en una carrera hacia el asfalto.
En el área de juego, el maestro reúne a los estudiantes y les explica que hay una regla acerca de no correr en los pasillos y les impone una pausa de un minuto sin jugar como castigo por correr. Los estudiantes se quejan de la injusticia del señor Compos pero rápidamente son reincorporados para seguir jugando.
Más tarde, justo antes de que los alumnos vayan a educación física, la maestra Leaky les recuerda —En los pasillos se debe caminar—. Luego instruye al alumno que se encuentra al frente de la línea a que guíe el camino hacia la clase y le repite una vez más —caminando—. La línea comienza a caminar cuidadosamente y después apresura su paso. La maestra Leaky les recuerda —Caminando— y los niños reducen su paso al mismo tiempo dirigiéndose a su destino.
Regresando de afuera, los pupilos se encuentran hambrientos y ansiosos de ir por su desayuno. El maestro Compos reitera —No corran en el pasillo—. El grupo camina de manera emocionada y rápidamente se convierte en un trote. El docente anuncia —No corran—. El paso de los niños se acelera. El maestro exclama de nuevo de manera más firme —¡No corran!— pero aumentan su velocidad y la fila apenas libra una colisión con otro grupo. En el aula de clases, sintiéndose frustrado, el maestro les explica nuevamente las reglas y las consecuencias de correr en el pasillo. Ignorando las quejas de los alumnos, les castiga con 3 minutos de silencio antes de salir a desayunar.
Finalmente se reunieron para su viaje a la cafetería, la maestra Leaky parada de frente a la línea formada por los estudiantes les recuerda —En el pasillo se camina—.
La maestra comienza a guiar al grupo pero los estudiantes ansiosos comienzan a acelerar el paso y rebasan a su maestra. El maestro Compos les advierte, —No Corran—, sin éxito en sus instrucciones. La maestra Leaky les recalca —Caminando— y los estudiantes reducen la rapidez de su marcha hasta que calmadamente se dirigen a sus mesas.
Saliendo de la cafetería, los niños emprenden su camino por el pasillo hacia la cancha para su receso vespertino. Recordatorios de expectativas y consecuencias son dados a los niños. Los jóvenes parten de manera atenta. Mientras su emoción resurge, una vez más incrementan sus pasos. El maestro Compos advierte —No corran—, aun así el paso se mantiene a alta velocidad.
Cuando la maestra dice “Caminando” los niños aminoran su paso un tanto.
Como cumplido les dice “Qué bien caminan”.
La emoción del grupo es apaciguada y se mantiene así hasta llegar al final del corredor. Tan pronto como sus pies tocan el césped, la maestra Leaky les anuncia —Ok, corran— y es respondida con un estallido salvaje de movimiento mientras los estudiantes despegan cruzando el campo verde.
Previamente a concluir el receso, el grupo se alinea de nuevo y la educadora Leaky vuelve a comunicarles —Caminando—. Los estudiantes comienzan su caminata moderadamente pero prontamente adquieren velocidad. La advertencia del maestro Compos “No corran” no es efectiva. Copiando a su compañera de trabajo, el docente Compos exclama —Caminando— y los estudiantes de inmediato reducen su marcha.
La maestra Leaky, elogia a los estudiantes —Qué bien caminan—, lo cual inspira a una caminata relajada hacia el salón de clases. Como muestra de agradecimiento, el maestro choca los cinco con todos los alumnos al entrar al aula.
Desglose
Comunicación
No corran. No salten. No hablen. Al hablar en este estilo de frases negativas es tan común y tan rutinario como contestar el teléfono con un “Bueno”. Para la mayoría de la sociedad el mensaje es directo, conciso y típicamente entendible con facilidad. Desafortunadamente, los niños con autismo batallan en descifrar una oración que solicita la negación de una acción. Aunque no es imposible que estos niños comprendan algunas oraciones negativas usadas regularmente, les toma un mayor esfuerzo para que la oración exacta produzca un significado.
Si vemos cuidadosamente la información proporcionada por investigadores y practicantes actuales de autismo podemos localizar con precisión algunas de las dificultades en la comunicación receptiva. El autismo causa diferentes grados de déficits en la habilidad de entender sonidos verbales y su significado. Además si los niños entienden las palabras individualmente podrían no ser capaces de procesar cadenas de información auditiva o algunas palabras en ciertas oraciones. Muchos niños con autismo frecuentemente son capaces de comprender y responder a la primera palabra aunque más probablemente a la última de la oración. En mi experiencia, los niños con autismo responden más seguido a lo último que escuchan.
En la historia recién contada, el maestro Compos les pide a los estudiantes que “No corran” y los estudiantes sólo procesan “Corran”. Por consecuencia, ellos lo hacen con alegría. Para los niños, esta situación es como los exámenes con preguntas hechas en doble negación. El maestro pide la negación de correr y espera que los estudiantes descifren dicha negación y la traduzcan a una respuesta correcta.
Cuando se habla en negación de una acción no sólo estamos pidiendo al receptor que procese el sonido y lo convierta a conceptos con un significado sino que además empleen habilidades de pensamiento crítico para descifrar un mensaje indirecto. Además, si los niños logran entender que el significado de la oración “No corran” sea que detengan esa actividad, no hay otra palabra en la oración que indique qué otra acción deberían ejecutar. ¿Qué pide la frase “No corran” que hagan los estudiantes? ¿Galopar? ¿Caminar? ¿Andar de puntitas? ¿Gatear? ¿Quedarse parados? Mientras el mensaje puede ser claro para el emisor, el niño con autismo siendo el receptor, se encuentra frecuentemente inadvertido a la petición completa de la oración. En este ejemplo, a los alumnos les es dada la responsabilidad de comprender ese mensaje complicado y les aplican una consecuencia por ejecutarla de manera errada. El maestro Compos repetidamente les da un castigo de unos minutos sin jugar por no hacer lo que se les pidió en la instrucción en los pasillos.
Diles a los estudiantes qué hacer en lugar de qué no hacer
Bárbara Bloomfield
La interacción de la maestra Leaky provee a los estudiantes un mensaje claro de qué hacer en lugar de qué no hacer. La maestra acepta la responsabilidad de escoger su vocabulario cuidadosamente para comunicarse al nivel de comprensión de los estudiantes. Su oración “Caminando” le pide a la clase la acción exacta que se desea y es ejecutada usando sólo una palabra con claridad.
Influencias suplementarias
Resulta que nuestros cerebros están literalmente cableados
para trabajor a su máxima capacidad no cuando se es negativo
o neutral
sino cuando se es positivo.
Shawn Achor
Sonreír cuando contestas el teléfono es un consejo encontrado comúnmente en entrenamientos de protocolo para recepcionistas. El principio de este consejo dice que sonreír cambia la posición de las estructuras en la boca de manera que eleva el tono de la voz a uno más agudo. Este tono agudo suena placentero y acogedor.
En el libro Presence, la autora Amy Cuddy, explica los resultados de su búsqueda acerca de cómo la postura corporal puede tener efectos positivos o negativos en el estado de ánimo. Ella comparte que las posturas cerradas como los brazos cruzados y la cabeza baja resultan en un estado de ánimo negativo mientras que las posturas abiertas tales como los brazos en los costados y la cabeza inclinada hacia arriba resultan en un ánimo positivo.
En la historia, No Corran, la maestra Leaky se comunica con los niños de una manera más positiva al pedirles que caminen. En lugar de usar una orden con un sonido severo, “No Corran”, ella simplemente pide amablemente “Caminando”. Considerando la información previa, si la maestra Leaky elige mantener una posición erguida y sonreír mientras emite su petición, “Caminando” no sólo da información específica de qué hacer sino que además es percibida más amable y menos demandante. Este tono positivo es bien recibido por los estudiantes y por observadores de este ambiente.
Tomando este concepto se propone que el uso de la palabra “No”, usada como una orden, puede tener un impacto negativo no sólo en el estudiante sino en el docente. La palabra “No” tiende a provocar una postura facial cerrada. Los labios están puestos en una posición redondeada y cerrada, las mejillas se contraen y se posicionan hacia delante y frecuentemente las cejas se juntan y apuntan hacia la nariz. He notado que mi equipo y yo mientras más decimos “No” más frustrados nos ponemos y nuestro tono de voz suena más duro. Cuando comenzamos a hablar de manera positiva diciendo qué hacer nuestros estados de ánimo fueron más positivos. Esto puede ser debido a una mejor respuesta por parte de los estudiantes, pero parece que levantar el tono de voz mientras sonreímos no sólo nos hace sonar más amigables sino que, siguiendo los ejemplos de Amy Cuddy, nos hace ver como alguien con quién estar de acuerdo. Estos sentimientos positivos resultan en el fomento de interacciones pacientes y amistosas con los niños.
Dinámicas de la relación:
Cuando el señor Compos estaba comunicándose con la expresión “No corran” se hizo un efecto dominó de insatisfacción y desconexión de parte de los dos lados. Después de la falta de respuesta a su primera petición acerca de no correr, el señor Compos podría creer que no está siendo escuchado y manteniendo un estado emocional neutral, repite su petición. Cuando en la segunda petición los estudiantes responden con lo opuesto a las expectativas, hay una frustración de su parte hacia lo que él percibe como una desobediencia intencionada de su instrucción. Esto inclina de manera negativa su estado emocional. Posteriormente les aplica la consecuencia a los estudiantes por desobedecer las reglas y sus órdenes.
En respuesta a los castigos del maestro Compos, los estudiantes se encuentran molestos por lo que ellos perciben como una sanción injusta. En la percepción de los niños, no sólo siguieron sus instrucciones como ellos lo escucharon, “Corran” sino que incrementaron la velocidad con cada vez que el maestro repetía la orden. Los estudiantes encuentran el comportamiento del maestro Compos inconsistente por decirles que corran y después dándoles un castigo por hacerlo. Esta percepción crea confusión, sentimientos negativos y desconfianza hacia el maestro. La desconfianza debilita la seguridad de los niños y ellos comienzan a sentirse inseguros y con ansiedad cuando están cerca del profesor. La relación carece de armonía y ambas partes sufren de emociones negativas.
El estilo de comunicación de la maestra Leaky tiene significado e inspira mejoras en el comportamiento de los niños. Su única palabra “Caminando” le dice a los estudiantes qué acción se espera y requiere el procesamiento de una sola palabra que se usa regularmente. Los estudiantes y la maestra se sienten seguros en sus interacciones debido a que la comunicación entre ellos ha tenido una perfecta sincronía. Se obtiene armonía y una positiva reciprocidad emocional las cuales refuerzan la relación. Cuando el maestro Compos se da cuenta que la maestra Leaky tuvo más éxito sobre las acciones de los estudiantes usando la palabra “caminando” como una frase positiva el maestro modifica su vocabulario y es felizmente recompensado con obediencia por parte de los estudiantes.
Cuando el maestro Compos elige palabras que apoyan las necesidades de los niños, ellos se convierten obedientes a sus peticiones. Se mantienen en un estado emocional positivo, se sienten seguros en la respuesta hacia su petición y se encuentran en armonía con las expectativas del maestro Campos. Consecuentemente, el docente es agradecido con una respuesta emocional positiva por comunicar de manera efectiva, lo cual genera un sentimiento de competencia acerca de sus habilidades para supervisar a los estudiantes. El maestro Compos de la misma manera redirecciona dicho sentimiento hacia los alumnos a través de chocar los cinco. El docente y los estudiantes viven un momento de reciprocidad que ha sido reforzada. Si el maestro Compos continúa modificando su vocabulario, su relación con los alumnos mejorará inconmensurablemente.
No conozco ningún hecho más alentador
que la incuestionable capacidad del hombre para elevar su vida
mediante un esfuerzo consciente.
Henry David Thoreau
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