Excerpt from Puertas a la Eternidad (Ustman): Introduction

 

Introducción 

Cada vez que alguien escribe sobre un tema, de alguna forma escribe sobre sí mismo. Mi nombre es Nelson Fernando Ustman S., y durante este breve espacio en nuestro planeta tierra, he sufrido, he vivido, he reído, he llorado, he cantado, me he caído, y me he vuelto a levantar. He vivido toda clase de decepciones y he convivido con todos los aprendizajes en los fríos inviernos de esta estación de la vida que me tocó transitar.

No escogí a mi familia, ni a mi raza cuando llegué a este lugar de nacimiento. Quizás desde ese momento y lugar me tocó arañar la tierra con todas mis fuerzas para poder tener derecho a un espacio de convivencia y acercamiento con los demás. No fue fácil, fueron muchos los tropiezos antes de poder levantar mi cabeza y prepararme para la nueva estación. No es tan sencillo llegar a una familia donde no te están esperando y mucho menos donde no te han invitado.

Razón más que suficiente para ser abordado por la soledad, y el abandono. Indefenso, desvalido y desorientado salgo a enfrentarme con la selva de la existencia, donde los valores, el respeto y la dignidad se hayan inmersos en un profundo caos de desolación y desesperanza. Me sumerjo en este mundo con la firme convicción de encontrarle sentido a mi vida, donde brotaban millones de preguntas y de cuestionamientos acerca del por qué y para qué me ocurrían dichas situaciones tan difíciles de responder.

Razón más que suficiente para ser abordado por la soledad, y el abandono. Indefenso, desvalido y desorientado salgo a enfrentarme con la selva de la exis- Nelson Fernando Ustman S. xii tencia, donde los valores, el respeto y la dignidad se hayan inmersos en un profundo caos de desolación y desesperanza. Me sumerjo en este mundo con la firme convicción de encontrarle sentido a mi vida, donde brotaban millones de preguntas y de cuestionamientos acerca del por qué y para qué me ocurrían dichas situaciones tan difíciles de responder.

Realizando las funciones como asesor empresarial tengo la opción de cruzarme en el camino con una serie de Maestros Tibetanos, humanistas, bioenergéticos y holistas que me guían por un sendero de esperanza, de sanación emocional y crecimiento personal. Ellos me brindan las bases para solidificarme como persona, entender mi historia, sanándola, liberándome de esas pesadas cargas de resentimiento y de dolor que llevaba sobre mis hombros desde generaciones anteriores, las cuales me tocó asumir con toda la responsabilidad del caso.

Logro entender que los caminos por muy serpenteantes que sean tienen unos propósitos y unos objetivos claros y definidos. Entiendo que son las cuestas y los descensos por los cuales se llega al reencuentro con el alma y el espíritu de la vida para poderlos moldear, para ser la luz de la esperanza, de la fe, de la fortaleza y de la trascendencia que todos tenemos el derecho de alcanzar y disfrutar, para que así la vida tenga sentido, realización y plena satisfacción del deber cumplido.

Otra faceta en mi diario desempeño es el de atender comunidades con todas sus problemáticas de índole familiar, social y económica. La característica fundamental de estas personas es el vacío existencial, la pérdida del sentido de vida, en los que no tienen claro ni definido hacia dónde van. No saben qué quieren hacer con sus vidas, no existen planes de desarrollo personal. 

Todo cimentado desde un esquema de escasez, de pobreza y de una cultura de desamor y de violencia que son los ocasionantes directos de un bajo desarrollo social y económico de nuestras regiones. Motivo por el cual decido poner en práctica una serie de encuentros vivenciales y participativos para las empresas y comunidades de diferentes regiones a fin de plantearles las posibilidades de desarrollar un plan estratégico personal, conducente a la prospección de vida desde el despertar de un sentido por lo humano, y desde ahí generar planes de crecimiento que les permita trascendencia y dignificación como seres vivientes en constante evolución. 

Estos encuentros de vida se han convertido en procesos terapéuticos de sanación emocional y en proyecciones a futuro que han facilitado redimensionamientos de antiguos esquemas mentales, generando a partir de las nuevas experiencias, cambios de consciencias para ser los artífices con las responsabilidades y con las capacidades de remodelar sus propios destinos. 

De todos mis recorridos y compartires nace entonces la viabilidad de escribir Puertas a la Eternidad, con las experiencias vividas; desde los angustiosos desgarres del alma hasta llegar a la confianza depositada en el ser interior de cada uno de los participantes a estos encuentros de transformación humana. 

Puertas a la Eternidad es el resultado de múltiples vivencias nacidas al interior de dichos encuentros y como libro pretende compartir las ideas prácticas y fundamentales decantadas de todo el proceso hasta ahora desarrollado durante varios años de sensibilidad y crecimiento personal, empresarial y comunitario. 

Puertas a la Eternidad desde su primera puerta es un viaje al interior del ser humano. Bitácora donde se plantea que para llegar a algún lugar determinado se requiere conocer el vehículo con que se cuenta para emprender el viaje de la existencia. ¿Qué potencialidades tiene, si es de buena marca, qué clase de motor, caja y transmisión dispone para los caminos y terrenos empedrados, lisos y fangosos que debe enfrentar? Estoy absolutamente convencido que usted es de buena marca y cumple con todas las exigencias de calidad que el camino de la vida le está requiriendo desde la dimensionalidad y la grandeza de su ser. 

La segunda puerta para abrir es preguntarnos ¿Para qué estamos aquí? ¿Cuál es la razón de nuestro existir? y ¿Qué rumbo hemos decidido seguir? Porque aquel que no sabe para donde va, cualquier obstáculo es un buen pretexto para quedarse estancado en la eterna queja de la existencia. 

En la tercera puerta hablamos de las limpiezas emocionales que se deben realizar en este vehículo  desintoxicar el motor y el sistema de la inyección para tener una buena velocidad de crucero por las calles empedradas del mundo. 

En la cuarta puerta analizáremos quién va conduciendo el vehículo y hacia dónde lo dirige, quizás por caminos equivocados. Lo mejor que deberíamos hacer es asumir el poder de dirección de nuestro propio transporte, para poder llegar a feliz termino al sitio o estado por nosotros elegido. Al fin y al cabo es un reencuentro con el alma. 

Si decide abrir la puerta quinta, encontrará la brújula y el mapa que le enrutan por la senda a seguir, como proceso de visualización y prospección por el camino a la libertad para transformar, determinar y reformar nuestros esquemas mentales, que merecen espacios de lealtad y dignificaciòn humana. 

La sexta puerta es la creatividad, donde se exalta el asumir la responsabilidad de vida, frente al disfrutar de este viaje de abundancia que es aquí y ahora, y que depende de nosotros si asumimos vivir este sublime instante, o lo aplazamos para otro momento que no sabremos si algún día llegará. 

La séptima puerta es la confianza depositada en ese interior que habita en cada uno de nosotros mismos, que como instinto nos guía en las largas y oscuras noches de forcejeo con la existencia. Es la fe, la fortaleza, la tenacidad que posee ese maestro interior que nos conduce en la búsqueda de la transcendencia. Para este nuevo despertar que la vida está requiriendo de nosotros en este mágico intento de abrir las Puertas a la Eternidad. 

En usted está la decisión de abrirlas, cualquiera que sea su veredicto, quiero contarle que solo he pretendido cumplir con mi tarea de ayudarle a los demás a encontrar su camino y en ese caminar descubrir la razón de su existir, para abrir las puertas a su eterno presente aquí y ahora. Porque si no es hoy, entonces cuándo, sino es usted entonces quién y si no es aquí y ahora entonces dónde. Feliz apertura y bienvenidos sean todos y todas a las Puertas a la Eternidad. 

Con todo mi respeto y admiración por usted, 
Nelson Fernando Ustman S.
Alguien en busca de su trascendencia

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